Durante la década de 1980, la relación de General Motors Chile con la japonesa Isuzu será más que estrecha. Además de ensamblar la “LUV” en Arica, a partir de 1980, cuatro años más tarde hará lo mismo con el sedán “Aska”; a la vez que se consolidará la importación y comercialización de otros productos, tanto de pasajeros como comerciales. Tal será el caso del todoterreno “Trooper”, los camiones livianos “NKR” y “NPR”, además del modelo comercial “WFR” y, por supuesto, del inolvidable Gemini, de 2da generación.



Este último, presentado en Japón en mayo de 1985, como Gemini FF, arribará a Chile en mayo de 1986, asociado a una motorización 1.3L. Al año siguiente, en tanto, se introducirá la versión post facelift, además de sumar la carrocería hatchback y la motorización 1.5L.



Es precisamente una unidad de 1988, la que servirá de base para el proyecto que Michael Trebitsch desarrolló y, que hoy, nos enorgullece presentar a todos nuestros amigos.



La propietaria original era su madre, adquirido en 1990, y que estuvo disponible siempre para uso familiar. De ahí pasaría a manos de Michael, quien tuvo la idea de importar una unidad Gemini Irmscher, Turbo, 1.5L, vía Iquique; siempre con la idea de desarmarlo, y adaptar partes y piezas al modelo original. De este modo, el tradicional Gemini LT, pasaba a adoptar una estética y funcionalidad más radical; tal como lo inspiró el carrocero alemán.



Nos comenta que “Se cambiaron las llantas, modificó hace alrededor de 20 años los focos traseros a LED, la suspensión está con Koni regulable y es un verdadero kart. Además se modificaron las puertas para unos componentes de 3 vías, y está planificado restaurar las butacas Recaro, de fábrica, las que pasado varios años, muestran los efectos del sol”.





Detenido durante 8 años, en un momento el auto fue abierto, y le robaron la ECU, más menos año 1996, ubicada bajo el asiento, cortando los enchufes y, finalmente haciendo imposible disfrutar de la motorización Turbo. De ahí que, nuevamente vía Iquique, adquiere otro Gemini; esta vez Turbo Diesel, aprovechando no sólo su mecánica; sino que además, de piezas, tales como el tablero de instrumentos.



“Si bien hoy existen ECU, para volverlo nuevamente bencinero está lejos de ser prioridad, dado que funciona muy bien, y prefiere involucrarse en otros proyectos”.

Michael, vayan nuestras más sinceras felicitaciones. Un verdadero honor compartir la historia de tu impresionante Gemini.



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