Diseño de Giorgetto Giugiaro, el Panda se presentaba como un vehículo de formas sencillas y funcionales. Con motor de posición delantera, dejaba de lado la estructura de su antecesor el “133” de quien derivaba la motorización de 843 cc, 35 CV, la misma que será comercializada en Chile a partir de 1981; además de sumar la 903 cc, 45 CV, procedente del 127.
La suspensión trasera seguía siendo responsabilidad de ballestas, pero dos, colocadas en sentido longitudinal. Gracias a ello el maletero del SEAT Panda era prominente -272 litros-, para un modelo más corto que un 133.
En el tren delantero disponía de componentes mecánicos, como frenos de disco o una dirección de cremallera.
Su interior modulable, con tapicerías lavables, con un asiento trasero con hasta siete posiciones posibles –incluso posibilidad de conformar una cama- y su sencillez revolucionaron el concepto de automóvil urbano.
Tal como ocurrió con el 133, el SEAT Panda tampoco tuvo una vida larga. A los seis años, en septiembre de 1986 SEAT cesa su producción tras 463.000 vehículos ensamblados, y dando paso al Marbella; mismo modelo que recibiremos en Chile el año 1992 y que arribará acompañado de su versión comercial denominada Terra.
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