Nos remontamos a un lejano 1990 cuando Ford desvelaba este inédito modelo dirigido a un público que hasta esa fecha, no existía, pero que rápidamente emergería.

En aquel momento las SUVs no eran como las conocemos hoy en día. Eran vehículos destinados al uso rural y extremo, siendo la vasta mayoría únicamente de dos puertas, con interiores espartanos y equipamiento relativamente austero.


Todo esto cambió para siempre con la llegada de la Explorer, un modelo diseñado casi específicamente para un uso citadino y de vez en cuando fuera del camino. Ofrecía comodidad de un sedán espacioso pero con capacidades 4×4 innatas.

Como configuración se podía optar por carrocerías de 5 o 3 puertas (esta última denominada Sport) con acabados XL, XLT, Eddie Bauer y Limited.



Su mecánica ofrecía como estándar un robusto motor V6 “Cologne” de 3958 cc., dos válvulas por cilindro e inyección electrónica multipunto de combustible capaz de entregar 155 CV a 4200 RPM y 305 Nm de torque a 2800 RPM.

Este propulsor podía ser adosado a una caja automática de 4 marchas o una manual de 5 marchas de origen Mazda.


En el interior nos encontrábamos con mucho espacio para pies, cabeza y equipaje, pudiendo acomodar a adultos de hasta 1.90 m. de estatura.

En todas sus versiones equipaba llantas de aleación con distintos diseños montadas en neumáticos 235/75 R15.



Sumado como un opcional, un sistema 4×4 desconectable con reductora estaba también disponible, con actuación manual en las llantas delanteras o de actuación eléctrica, con dos botones de “4×4” y “Low Range” al costado del tablero de instrumentos.



A tierras chilenas la Explorer llega a fines de 1992 de la mano de ADP (Automotora Del Pacífico), que en medio de actividades de la FISA, realizó una extensa campaña para demostrar que Ford estaba a la altura de los productos de General Motors, que llevaban la delantera en el mercado de aquellos años.

Su éxito en Chile es casi inmediato, esto en parte gracias a su coetánea Ranger, volviéndose rápidamente una de las favoritas entre las pick-up medianas.


Desembocadura del Rio Biobío, en la comuna de Hualpén.

Las versiones Eddie Bauer se diferenciaban en el exterior por un acabado de pintura bitono y cromado en ciertos lugares de la carrocería, mientras que la Sport contaba con detalles en negro, como la parrilla, marcos de ventanas y parachoques.



Consolidada en el mercado nacional, la primera generación de la Explorer se vendería hasta 1994, con algunas unidades matriculadas como modelo 1995, año en que hace ingreso la segunda generación, con un nuevo diseño, interior renovado y mecánica revisada.



Precios y ventas en Chile, 1992:

Explorer 3P 4.0L MT: 25 unidades / USD$41.250
Explorer 3P 4.0L AT: 95 unidades / USD$43.500
Explorer 5P 4.0L AT: 23 unidades / USD$49.950


Ventas Chile

1991: 2 Unidades
1992: 143 Unidades
1993: 341 Unidades
1994: 265 Unidades



Ford Explorer Jurassic Park 1993

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