“Marca de Valor” era la frase que utilizaba General Motors Chile para publicitar, a finales de los ochenta, su gama completa de vehículos.
Esta se estructuraba sólo en base a tres países de origen: Estados Unidos, Japón y, fundamentalmente, de Brasil. Impensado para la época contar con vehículos de origen chino.
La LUV, ensamblada en Arica, arrasaba en ventas, con una versión doble cabina utilizada tanto como vehículo comercial como de pasajeros. Las versiones Space Cab, Diesel y 4×4, en tanto, llegaban terminadas desde Japón.
Las principales diferencias con la ficha de producto de 1989 son la ausencia de los modelos Marajo, C10 Custom y Suburban. Las pickup brasileñas B10 y B20 son sustituidas por las C20, cabina simple y doble. El Opala, en tanto, es el gran ausente en ambas fichas.
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